¿Qué tratamientos existen para la caída del pelo?

Existen más de 40 principios activos que se utilizan para combatir la alopecia con diferentes mecanismos de actuación. Los podemos clasificar según su naturaleza en:

  1. Fármacos: son sustancias fabricadas en laboratorio con un fin terapéutico. Son los más eficaces contra la alopecia y en la mayoría de los casos se comercializaron inicialmente con otras indicaciones. Algunos ejemplos son la finasterida, la dutasterida, el minoxidil, la fluicinolona o el latanoprost. Es el grupo sobre el que existe más evidencia médica y estudios. Suele ser la opción más recomendable como tratamiento de elección.
  2. Productos naturales: se extraen directamente de algunas plantas. Suelen tener menos riesgo de efectos secundarios que los fármacos, pero también menor efectividad demostrada.  Uno de los más utilizados es la serenoa serrulata o saw palmetto que actúa como antiandrogénico natural. Otros ejemplos son ginkgo biloba, el ginseng o la cafeína. Pueden ser de utilidad como complemento a alguno de los fármacos, pero difícilmente tendremos un buen resultado usándolos solos.
  3. Complementos: son vitaminas (B3, B6, A, E, Biotina), oligoelementos (Zinc, Selenio) o aminoácidos (carnitina, cistina, arginina) que habitualmente ingerimos con la dieta. Son los componentes de la mayoría de los productos para el cabello que se comercializan sin receta en farmacias o parafarmacias. Pueden ser útiles para caídas estacionales o personas con algún déficit nutricional pero no frenan la caída crónica.

Ante esta multitud de opciones resulta especialmente útil el determinar, a través del test genético, cuál resulta más indicada para cada persona.

Con el resultado del test y el asesoramiento médico experto, podremos escoger la solución más efectiva sin pasar por pruebas y errores que nos hagan perder el tiempo y recursos.

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